jueves, 11 de noviembre de 2010

El dolor de espalda entiende de emociones?



Casi toda la población experimenta algún tipo de dolor de espalda alguna vez a lo largo de su vida.

El 90% de la población mundial padece o padecerá dolor de espalda alguna vez a lo largo de su vida, ya sea de mayor o menor intensidad y algunas veces más o menos duradero.

Sin embargo, el dolor debe interpretarse como un aliado del organismo, que avisa de que algo anda mal y asimismo ayudar a encontrar el verdadero origen del problema. De lo contrario, si no se detecta la verdadera causa del problema, cualquier solución terapéutica que se aplique para aliviar el dolor será temporal y éste volverá a reaparecer.

Los pensamientos y emociones pueden estar en el origen del problema, aunque no se sea consciente de ello. Por eso, para resolverlo de una forma definitiva, no basta con aplicar un tratamiento mecanicista que, a veces, sólo sirve de remedio, sino que se debe buscar su verdadero origen, como lleva su vida día a día.

Si se investiga un poco, es posible llegar a encontrar la participación activa de las emociones en el origen y la perpetuación del dolor. Incluso, a veces, las emociones modifican la manera en que algunas personas viven el dolor de espalda, incluso cuando está producido por una lesión traumática o desviación congénita".

Puede haber somatizaciones, de forma que el dolor físico puede estar causado por el estrés y la ansiedad, con el aumento de la intensidad del dolor.
Hay que tener en cuenta que el estrés y la ansiedad producen una liberación de adrenalina que puede provocar una mayor contractura muscular y ese podría ser el origen del dolor. Esto explica que, aunque no haya ningún problema estructural, como la artrosis, una hernia discal o escoliosis, exista una tensión muscular elevada que produzca el dolor. La posibilidad de que las emociones sean la fuente del malestar lumbar implica que la persona debe llegar hasta el fondo de sus emociones y averiguar qué le pasa para poder curarse.
 
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